miércoles, 4 de noviembre de 2015

Datos Curiosos sobre el Celular en Varios Países alrededor del Mundo

Curiosidades y caprichos del uso de teléfonos celulares en el mundo




El uso de la tecnología móvil se ha adaptado a las diferentes culturas alrededor del mundo.
Es un dispositivo al que tiene acceso tres cuartas partes de la población mundial, de acuerdo con el Banco Mundial. Aunque las palabras que lo describen y la etiqueta relativa a su uso difieren profundamente de país en país.

En el Reino Unido y España se le llama móvil; en Estados Unidos y América Latina, celular; en Japón se le llama keitai (portátil); en China, shou-ji (máquina de mano); en Bangladesh se le conoce como mutophone (teléfono de mano); en Suecia le llaman nalle (osito de peluche); en Israel, pelephone (teléfono maravilla) y en Alemania “de mano”.
En las instalaciones del tren urbano en Japón se invita a los viajeros, a través de un alud de anuncios grabados, a que pongan sus teléfonos en modo silencioso o en vibrador, al que ellos llaman “modo cortés”. En un país en el que las necesidades del grupo son más importantes que las de los individuos, está mal visto utilizar el celular en público.
“La cultura japonesa valora enormemente la armonía social y perturbarla se  sanciona severamente”, explica Satomi Sugiyama, profesora adjunta de la Escuela Franklin en Suiza.  La antropóloga cultural, Mizuko Ito, agregó que si alguna persona intenta abordar un autobús mientras hace una llamada telefónica, el conductor le negará el acceso. “En Japón, tu teléfono no debe ocasionar molestias a los demás”, señaló. “Esto significa que normalmente debe estar en ‘modo cortés’ si te encuentras fuera de casa, y no debes tomar llamadas si estás en una cafetería o un restaurante. Si algún celular suena, el dueño se sentirá avergonzado y lo silenciará o tomará rápidamente la llamada”, explicó.
Ito añadió que a causa de la densidad de los espacios urbanos, el uso constante del transporte público y la relativa falta de privacidad en los hogares contribuyen a buscar  formas de comunicación que no molesten a los demás.
Entre los japoneses, los mensajes de texto, los correos electrónicos, los juegos y las novelas son más populares que las llamadas de voz.
En contraste, en España e Italia los celulares se usan en todas partes y la gente sostiene ruidosas conversaciones privadas en plena calle. La paraestatal que opera los trenes en España, Renfe, promovió los viajes en tren a través de un afiche en el que aparecían personas hablando por celular con sus parejas mientras viajaban”.
Al igual que los españoles, los italianos contestan felizmente sus llamadas en restaurantes, reuniones de trabajo, conferencias y hasta en conciertos. Es común escribir discretamente mensajes de texto durante una junta, señaló Amparo Lasén, profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Los españoles siempre han discutido sus asuntos privados en plena calle, así que hacerlo por celular es la evolución lógica. “A veces las personas se salen del cine para revisar su teléfono”, comentó Lasén. “Estás obligado a estar disponible para tus amigos, tus colegas y tus clientes. Se trata de que puedan contar contigo”, agregó.
No obstante, en Europa los más parlanchines al teléfono son los finlandeses, quienes consumen en promedio 257 minutos al mes, de acuerdo con el Observatorio Móvil Europeo 2011 de la GSMA (asociación de operadores de tecnología móvil). Tiene lógica si recordamos que es en este país donde nació Nokia. Los austriacos siguen de cerca a los finlandeses al consumir 240 minutos mensuales; los malteses son los que menos llaman, en promedio consumen 46 minutos al mes.
En algunas partes de India y África se acostumbra hacer llamadas “relámpago”. Jonathan Donner, investigador en Microsoft India y autor del ensayo The Rules of Beeping (Las reglas de las llamadas relámpago), explicó que “es simple en realidad: una persona marca a un número de celular y cuelga antes de que el receptor conteste”. El receptor puede entonces devolver la llamada y asume su costo. La primera vez que Donner supo de este tipo de llamadas estaba en Ruanda y estudió esta costumbre en África. Explica que esta práctica puede tener varios significados: desde “Ven por mí”, hasta “Hola” , “Pienso en ti” y “Llámame”.








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